La economía cambiante y divergente de Venezuela se ha convertido en un ámbito con muchos temas para tratar. Como todos los ciudadanos saben, Venezuela es un país netamente dependiente de la renta petrolera, la cual está pasando por una crisis internacional con la caída de los precios del crudo. De esto se han comentado muchas cosas y se ha generado un choque de opiniones entre el sector privado y el sector público.
Para el sector empresarial en país, ha generado molestias el hecho de que el gobierno no cumpla con los compromisos adquiridos para la asignación de divisas destinadas a la adquisición de materia prima que, por condiciones ambientales, no se pueden producir en tierras venezolanas. Por un lado, se quejan de la falta de divisas, por otro lado, existe un descontento por las barreras económicas creadas por el Estado y además admiten no estar generando beneficios reales para la organización debido a los controles de precios, entre otros factores.
Por su parte, el sector gubernamental, asegura que sí se han cumplido con los compromisos concernientes a la asignación de la materia prima pero son los empresarios quienes en su afán de crear descontento en los ciudadanos y con el fin de desestabilizar el sistema político, realizan un proceso de simplificación de la producción, que consiste en utilizar la materia prima que estaba destinada a la producción de los productos más pequeños y los que ahora son regulados, para la producción de los productos en versiones más grandes, generando así el fenómeno del desabastecimiento.
De esta manera, manejando las dos versiones oficiales que están circulando por los distintos medios de comunicación, las interrogantes son las siguientes: ¿Quién dice la verdad? y ¿Quién está generando caos y desinformación? Es válido mencionar, que el gobierno nacional, admitió que la crisis por falta de divisas es un hecho que sigue latente, sin embargo, aseveró que no es su culpa el desabastecimiento, sino que ésto se debe a los actos de especulación y acaparamiento como parte de un plan de guerra económica generada y financiada por el sector privado y la oposición venezolana.
El desabastecimiento en la mayor parte de los estados de Venezuela es una realidad, sea por falta de divisas o sea por simplificación, son muy pocos los lugares donde los ciudadanos pueden comprar sus productos. En el caso especial de Maracaibo, se conjugan el fenómeno ya nombrado con el bachaqueo, es decir, los pocos productos que están en el mercado son adquiridos por personas sin escrúpulos que los sacan de nuestras fronteras y los llevan a Colombia, o si no, los revenden a un precio mucho mayor.
La triste realidad es que mientras algunos intentan descifrar quién miente y quién dice la verdad, la mayor parte de los ciudadanos sigue a las fueras de los supermercados haciendo colas para comprar un producto regulado y lo peor es que la economía de Venezuela sigue atravesando la más intensa crisis que haya presentado la historia.
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