Es difícil comenzar escribir sin mencionar algún malestar por la situación que estamos viviendo los venezolanos, pues la cotidianidad se ha visto sumergida en un mar sin fondo entre las colas, la escasez de alimentos y medicinas, las exigencias y nuevas conductas de la sociedad que se encuentra en un estado de agresividad y violencia que traspasa expectativas de expertos en la materia, llámense psicólogos, sociólogos, economistas, entre otros.
Ya el calendario nos indica que estamos en mayo, sí, el quinto mes del año, además, la media hora o los treinta minutos de adelanto que tenemos porque según el señor Arreaza esa es la ''solución'' para contribuir al ahorro energético en el Plan de Administración de Cargas que creó el gobierno nacional por las consecuencias del fenómeno climático ''El Niño''. Lo insólito, es que todas las medidas implementadas por el gobierno tienen dos visiones; la primera es que afectan a la población en cualquier ámbito, la segunda es que no lograr mejorar las condiciones deseadas. La pregunta es ¿cómo avanza un país de esa manera?. El racionamiento eléctrico se elevó a 4 horas diarias, pero se revisan las redes, se escuchan las noticias y el resultado es que hay comunidades que tienen el ''racionamiento'' por más tiempo del establecido, esto trae como consecuencia el daño de artefactos eléctricos, incremento de la inseguridad en horas nocturnas y por supuesto, el malestar de la población. Ingenieros, arquitectos y profesionales que conocen la estructura del Embalse Hidroeléctrico ''El Guri'', señalan que desde aproximadamente 1997 no se construyen embalses en el país y que el mantenimiento requerido tampoco fue ejecutado por parte del gobierno. Aumenta la población, ya en 2016, Venezuela abarca una densidad de más de 30 millones de habitantes, esto significa una mayor demanda eléctrica que no es la misma que hace 18 años atrás. Nunca se ha desconocido que hay un problema ambiental, debido a la fuerte sequía de los últimos años, pero creo que se pudo haber evitado el congestionamiento que produce el racionar la electricidad y consigo, los tres días no laborables como lo son miércoles, jueves y viernes, el último, libre para los estudiantes desde preescolar hasta bachillerato. Un suspiro que preocupa, pues la administración pública tiene una fama negra de su eficiencia y rapidez, toda una proeza.
Es sorprendente como en tan sólo meses, la calidad de vida del venezolano es una carrera por sobrevivir, aunque suene a Discovery, pero lo es. Ya no basta con seguir haciendo colas, ingeniárselas para organizar las tres comidas del día, sin embargo, hay familias que sólo ven dos, una o algunas, ninguna, sino que el racionamiento también se sumó al saco que debemos cargar encima. A manera de ejemplo, les presento mi experiencia del mes de abril. En Maracay, los primeros días del mes, se propiciaron algunas lluvias moderadas con sus apagones respectivos, la red de servicio ABA de CANTV sufrió daños en la distribución de señal de internet tanto en el centro de la ciudad como en sus adyacencias (ejemplo: Turmero). La última actualización que tengo en mi computadora data del 4 de abril de 2016, prácticamente un mes sin el servicio. Los operadores que laboran en CANTV llaman a diario para preguntar si hay cobertura, lo que hacen es perder el tiempo. A estas alturas y todavía no se confirma qué ocurrió realmente y porqué no buscan solucionar los daños. Personalmente, me afecta una barbaridad, ya que con internet en la pc puedo acceder a cualquier hora y utilizar el tiempo necesario para realizar actividades pendientes o inclusive para entretenimiento. Sin contar con él, debo dirigirme a un cyber donde la hora es igual a 150 Bs, que para investigaciones fuertes, no es suficiente. El teléfono celular donde podía solucionar algunos apuros, pues, gracias al hampa, ya no lo tengo. Es cuando uno se sienta, piensa, suspira y provoca salir corriendo. Un estudiante universitario sin internet, es un estudiante incompleto. Quienes lean se podrán identificar y me apoyarán en mi experiencia de mal gusto, que ya no afecta por culminar el semestre.
El pasado martes 26 de abril, el racionamiento por mi comunidad correspondía en el lapso entre 4 a 8 de la mañana, cuando llegué a la universidad UPEL de Maracay, el corte tocaba entre 8 a 12 del mediodía y para mejor suerte, al llegar al liceo donde trabajo fue de 12 a 4 de la tarde, entonces para el colmo, por abuso, en la comunidad cortaron la electricidad de nuevo de 7 a 11 de la noche, el resultado, el día completo sin luz, no la pegué por ningún lado, suspiré y el jueves siguiente me fui a la redoma del obelisco en San Jacinto, Maracay para firmar por el referéndum revocatorio, que trajo con sigo un suspiro de alegría, la que me hacía falta por tantos altibajos.
Cada vez que veo a Maduro en cadena, en noticias, por el medio que sea, recuerdo y canto una salsa vieja muy famosa "TODO TIENE SU FINAL". Seguiremos luchando día a día por la agonía en que el gobierno convirtió a Venezuela, pero hay que reconocer que entre tanta oscuridad siempre hay alguien que alumbra con sus capacidades, bondades y actitudes. El papel que tiene la juventud venezolana es dura, estamos perdiendo tiempo valioso en un país que ni viajar se puede. Pero mi mensaje es insistir y nunca desistir. Trabajemos para que aquí no se siga hablando mal de Venezuela, pero sí estemos conscientes de la realidad que sufrimos, son tiempos que prestan a la confusión, pero con leer, informarse, preguntar, podemos crear criterios e ideas que complementen el proyecto que se llama VENEZUELA, la de esperanza, oportunidades y progreso.
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