Imagen: cortesía Twitter (@Mario_Riveretti)
El deporte, casi a diario nos regala momentos para el recuerdo, hermosos, emocionantes, épicos e impensados. Momentos que trascienden más allá de lo estrictamente deportivo y se convierten en un ejemplo de trabajo, esfuerzo, pasión, entrega y compañerismo en una enseñanza de vida para todos. El deporte, el fútbol, la vida misma nos ha enviado un mensaje a través de un equipo, un equipo en toda la extensión y significado de la palabra, el "Leicester City FC".
La superación es una de las más ansiadas metas y uno de los más grandes logros para el ser humano, todos queremos superarnos, todos queremos ser mejores día a día. Y sí, suena muy bonito, muy fácil de decir pero que difícil de hacer. No faltarán obstáculos que dificulten la consecución de un objetivo, ellos los derribaron todos. No hubo en la liga inglesa mejor equipo que los "foxes".
Conjunto humilde, laborioso, determinado y unido, su fútbol no fue el más vistoso pero sí el más efectivo. De juego rápido y simple, demostraron que no es necesaria la obsesión por la pelota, el enfermizo empeño por la posesión para ganar; Ranieri y sus muchachos “despreciaron” el balón, lo “regalaron” a su rival, obligándolo a jugar y esperando u ocasionando su error para aprovecharlo a la contra.
Le dieron una patada a los millones de los poderosos, jeques y reconocidos dueños; brillaron más que cualquier otra estrella de nombre rimbombante; la lucha constante, la labor perseverante, el corazón y las ganas del equipo obrero prevalecieron sobre los económicamente superiores y bien ponderados, campeones de siempre. Schmeichel, Morgan, Albrighton, Drinkwater, Kanté, Okazaki, Mahrez, Vardy… son apenas algunos de los nombres propios de esta gesta futbolística que recordaremos por lo que nos reste de vida. Todos guiados por Claudio Ranieri, quien llegó al club luego de un escándalo, sólo le pidieron mantener al LCFC en la Premier League y terminó haciendo mucho más que eso, lo inimaginable: ganándola. Es realmente increíble lo obrado, una historia que perfectamente podría calar en el cine hollywoodense. Emotiva, épica y sorprendente.
Y es que, ¿quién lo creería? ¡Nadie! Un equipo que en 2009 jugaba en la tercera división de Inglaterra, en 2011 ascendió a 2ª, y apenas en 2014 llegó a la EPL. Dos años después… campeón de primera. ¡Increíble!, ¡Una locura!, nadie daba nada por ellos, una muestra es que, en las casas de apuestas el campeonato de Leicester se pagaba 5.000 a 1.
El mensaje del entrenador italiano a sus jugadores al llegar fue claro, lo contó en la carta que publicó a falta de seis partidos para el final de campaña. “Quiero que jueguen para sus compañeros de equipo. Somos un equipo pequeño, así que tenemos que luchar con todo nuestro corazón, con toda el alma. No me importa el nombre del rival. Si son mejores que nosotros, está bien, felicitaciones. Pero tienen que demostrar que lo son”. Allí empezó todo.
El siguiente gesto fue invitar pizza para todos luego de dejar la portería imbatida ante el Crystal Palace. Armonía y fraternidad, mayor motivación y compromiso. Clave.
Claudio, que pasó por varios equipos grandes de Europa como Valencia, Atlético, Chelsea, Roma, Juventus o Ínter, logrando poco y nada con ellos, vino a encontrar la gloria con el pequeño equipo de Leicestershire. Quién lo diría…
Con jugadores que disputaban en la tercera, cuarta y hasta la sexta división, siendo descartados por los grandes, y que incluso, minimizaron sus capacidades. Lo decía también el DT en su misiva:
“Hace solo unos pocos años, muchos de mis jugadores estaban en las ligas inferiores. Vardy trabajaba en una fábrica, Kanté en la tercera división francesa y Mahrez en la cuarta. Ahora estamos luchando por un titulo. Pase lo que pase a final de temporada, creo que nuestra historia es importante para todos los aficionados al fútbol de todo el mundo. Da esperanza a todos los jóvenes jugadores a los que se les ha dicho que no son lo suficientemente buenos”.
Ahora, esos futbolistas son campeones de liga, con mayor valor y pretendidos por distintos clubes del mundo. Citando de nuevo a Ranieri, “se trata de un pequeño club que está mostrando al mundo lo que puede lograrse con espíritu y determinación. Veintiséis jugadores diferentes, veintiséis cerebros diferentes pero un solo corazón”. Eso es el Leicester. El Leicester como ejemplo de trabajo, esfuerzo, lucha, confianza y determinación; de compañerismo y entrega. El Leicester como ejemplo para el fútbol, para el deporte, para vida.
Daniel Linares / @LinaresDaniel21.
Daniel Linares / @LinaresDaniel21.
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