El país nunca debe ser caracterizado por ser “Socialista” o “Capitalista”, así como tampoco “Socialdemócrata o Socialcristiano”, por mencionar alguna; Venezuela es una nación independiente y soberana, como lo señala la Constitución, que de por sí tiene un adjetivo -Bolivariana- que no representa a la mayoría del pueblo venezolano, pues es usado como un eslogan partidista del régimen actual para promover un chovinismo que discrimina a quien no se identifique como “bolivariano”. El chavismo, además de promover un caudillismo feroz y promover campañas constantes de culto a la personalidad hacía Chávez, ha impulsado desde su llegada al poder en 1999, un país con una ideología, al principio bajo perfil, pero que luego se convirtió en un “estado socialista” donde se ha promovido medidas tantos políticas como económicas que han convertido a Venezuela en un gran campo de miseria, donde la hiperinflación diaria, la escasez de alimentos, medicamentos y otras tantas decenas de cosas, son la desesperación de los ciudadanos.
Esa trama de hacer a Venezuela un país con una religión ideológica, ha conllevado a una gran confusión a los más incautos, que casi llegan a afirmar que Venezuela “es socialista” porque así Chávez lo declaró, pues sin duda se debe dejar claro que nadie puede definir ni dar algún tinte político a Venezuela por más tiempo que lleve en el poder; ni el mismo Bolívar trató de darle al país alguna definición ni imponer algún criterio dogmático, de manera que los venezolanos debemos entender y saber que no debemos permitir la ideologización del Estado.
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