El gigante del Sur lleva días sin dormir, no duermen desde el Palacio de Plánalto ni en las favelas más remotas; parece que necesita una cura de sueño, pero también una cura contra la corrupción y no precisamente que se le inyecte a la Presidenta Dilma Rousseff, no, los partidos de la oposición también la necesitan y con urgencia. El día Domingo los ojos del mundo estaban puesto sobre Ecuador por el terremoto que destruyó gran parte del país hermano y sobre Brasil, donde se votaba la aprobación de un proceso de Impeachment en el Congreso; fue un día sumamente noticioso, el mundo y los brasileños estaban atentos al desarrollo de esa votación que ya se vislumbraba como negativa para la Presidenta Dilma y que al final de la noche fue así cuando 367 diputados votaron “SÍ” a favor de la apertura de un juicio político contra la presidenta acusada de, supuestamente, “maquillar” el déficit presupuestal de ese país cayendo, en lo que llaman los diputados opositores, “un crimen de responsabilidad”.
Brasil tiene insomnio pero no haya la solución para lograr dormir, las noticias no parecen acabarse, un día habla Lula otro Fernando Henrique Cardoso y las opiniones son diferentes, nadie piensa igual. Brasil se encuentra dividida políticamente; mientras el Domingo se votaba en el Congreso, los partidarios del juicio político contra la presidenta festejaban con pitos y matracas, pero en otras zonas de Brasilia los partidarios del PT y de Dilma lloraban y lanzaban insultos contra Eduardo Cuhna, presidente del Congreso y principal impulsor del Impeachment. Todo era melodramático, Brasil parecía estallar con tantos sentimientos, pero al final reinó y sigue reinando la civilidad de un país que ha entendido el juego de la democracia. El oficialismo dice que el proceso contra Dilma “es un golpe”, mientras que la Oposición se aferra a la Constitución y al descontento evidente que se siente en las calles de Brasil. En conclusión, apenas la pelea comienza, ya lo ha dicho la Presidenta Dilma ayer en una rueda de prensa, la batalla política-judicial está encendiendo sus motores para llegar al mes de mayo con una decisión final en el Senado: ¿Se va o no Dilma?.
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