El día a día de los marabinos se ha convertido en una constante lucha por sobrevivir en un país donde la economía se ha transformado en un factor cambiante y divergente. Las herramientas implementadas por el ejecutivo nacional principalmente y por los organismos de competencia, parecen no estar dando el resultado que se espera, razón por la cual se sigue observando un clima de desequilibrio, especulación, acaparamiento y desabastecimiento de los productos que satisfacen las necesidades básicas de los ciudadanos. Además, se siguen manifestando las notables colas en los súper mercados y cadenas de abastecimiento.
A pesar de que en la mayoría de las tiendas de la ciudad, ya se está desarrollando el programa de pago de los productos con tarjetas de crédito y débito, las colas siguen sin cesar. Todas las mañanas a partir de las 6:00 en punto, se aprecia una gran cantidad de personas en las filas para optar por comprar los tan deseados productos regulados, sin tener la certeza de llegar a sus casas con la satisfacción de llevarlos consigo.
Sin embargo, los males de la población en materia económica no se limitan solamente al ámbito alimenticio, sino que además, se ha visto afectado el sector productor de servicios como es el caso del transporte público. El gremio transportista de la cuidad ha aumentado el costo del pasaje en lo que va de año por lo menos tres veces, su argumento primordial es el alto precio de los repuestos para los vehículos, el aumento de la gasolina y por supuesto el impacto generado por la inflación. A pesar de ello, los montos y tarifas estipulados, en líneas generales, no se están cumpliendo ya que el tabulador marca una tarifa para las rutas cortas y largas, pero los transportistas no están respetando y cobran lo que a ellos les parece.
Es válido mencionar, que mientras la población se sigue viendo afectada por las anomalías presentadas en la economía nacional, políticamente hablando Venezuela sigue sumergida en una guerra de poder, donde existen dos bandos (oposición y Chavismo) que defienden ideologías políticas totalmente diferentes y que a su vez ninguna parece estar interesada por solucionar los problemas económicos que atañen al país. Cada bando está concentrado en sus propios intereses, sin entender que el mejor camino para Venezuela consiste en una integración de políticas, donde se implemente una economía emergente donde haya como fundamento un dialogo sincero y se tomen en cuenta todas las opiniones y estrategias para salir de la crisis existente.
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