El mundo ha visto caer dictaduras que parecían intocables; las sociedades han derribado muros y otras han construido; países enteros se han alzado contra el control absoluto del poder; han derrocado presidentes y monarquías totalitarias, pero detrás de esa sociedad, de esa multitud, en la vanguardia de esa masa hay una gran llama que es imposible apagar: los jóvenes. Han sido los jóvenes los que han retado al poder y los que se han enfrentado al poder de los tanques, son los jóvenes los que han recibido las balas del poder, los que han sido victimas de la tortura, a los que han asesinado detrás de la calle y los que nunca se olvidan; es la subversión de la juventud que no podrán callar por mucho poder se tenga.
Subversión no es sólo tener la gallardía de salir a las calles, Subversión es la entereza de ser diferente, de marcar la diferencia, de no dejarse llevar por “lo normal” y saber que detrás de una cosa hay muchas más por descubrir; Subversión son las ganas de impulsar la educación, es la inteligencia, es la sabiduría, pero al mismo tiempo, es la humildad del corazón. Ante tanta televisión e iconos impuestos, hay cientos de miles de millones de jóvenes en cada rincón del mundo que su única arma de rebeldía es un lápiz y un libro; la Subversión en letras.
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